(Sí, nosotros también hemos leído el título del post con la voz de Julio Iglesias en la cabeza).

Si tu restaurante fuera una obra de teatro y tuvieras que repartir los papeles, como en la función de Fin de Curso de un colegio americano de los de las películas, el inventario se llevaría el papel protagonista, fijo.

El papel del inventario es principal en la función de tu restaurante, así que más vale que lo tenga bien ensayado si no quiere quedar mal delante de su público. Y por ensayado queremos decir bien hecho y en el momento en el que toca hacerlo. Recuerda que:

No hacer inventarios o hacerlos mal te trae problemas y, sobre todo, pérdidas económicas en el restaurante.

Antes de continuar con los ensayos, vamos a repasar el concepto de inventario.

El inventario es una foto del almacén de tu restaurante – es decir, de cuánto stock tienes de cada producto – que se corresponde con el momento concreto en que haces el recuento de materia prima. Un inventario, por lo tanto, se hace en un momento puntual, antes o después de la entrada y salida de materia prima.

Si encima tenemos una herramienta que nos dice cuánto valen esos stocks, empezamos a tener información interesante. Con dos inventarios y las compras entre ellos, la información (y su valor) se multiplican, dado que tendremos el consumo, es decir cuánto hemos utilizado (bien o mal) de cada producto de compra.

Conocer las existencias iniciales y finales valoradas de producto en tu restaurante es imprescindible para conocer el consumo y, al tiempo, ajustar los pedidos y la producción. Además, la tarea de hacer inventarios debe ser periódica, para poder comparar los datos. Si solo tienes un inventario aislado, poco podrás hacer por tu control de materia prima.

Si no tienes tiempo para inventarios totales, también te sirven los parciales. Eso sí: cualquier inventario debe ser completo y preciso.

Compagina unos con otros y complementa el inventario mensual total con otros parciales enfocados a productos o categorías de productos concretos, como las bebidas, tu producto más consumido…

Para que los inventarios sean útiles, deben estar bien hechos. Es igual de importante hacer bien el inventario inicial que el final, pero has de prestar especial atención al que abre el proceso de control – el inicial, que es como una especie de ensayo general – ya que si el inventario inicial está mal, da igual que hagas el mejor inventario final del mundo. Ya es tarde. Caput. C’est fini. Para que no te pase, evita estos errores comunes al hacer inventarios:

  • No hacerlos periódicamente o relajar la obligatoriedad de hacerlos.
  • Partir de una base de datos de productos incompleta o mal definida. Esto complica la tarea de hacer inventarios.
  • No hacerlos antes o después del servicio.
  • Contar mal, o deprisa y corriendo.
  • No implicar al equipo en la tarea de hacer inventarios. Tu equipo debe estar comprometido, implicado y formado para hacer bien los inventarios y gstock facilita el proceso al ser un software sencillo de usar y que ofrece resultados visibles en tres meses.

En resumen: un inventario bien hecho es aquel que haces periódicamente, antes o después de la entrada y salida de materia prima, detallado y completo y sin errores, y al que has dedicado tiempo y atención.

Sin inventarios no hay control. No hay protagonista en la función del restaurante. El descontrol se traduce en dos tipos de pérdidas: las directas y el esfuerzo extra que tendrás que hacer para recuperar lo perdido.

Simplifica el proceso de hacer inventarios y apóyate en nuestro software de gestión; Gstock te permite realizar el proceso de forma cómoda y sencilla, así como comprobar fácilmente los posibles errores. Además, Gstock interactúa con el resto de aplicaciones clave para el control del coste de materia prima en el restaurante, como la de ventas, por ejemplo.

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