Te presentamos a María, Pablo y Estrella. María es una empresaria hostelera de renombre, con tres establecimientos en una ciudad de más de 200.000 habitantes, uno de ellos icónico y que es el establecimiento de referencia para celebraciones y eventos (de mayo a septiembre, no busques fecha si no es con un año de antelación); sin embargo, cuando llega la hora de hacer cuentas a final de año, los resultados no se corresponden con la popularidad de sus negocios, especialmente en el de los eventos. Y por más vueltas que le da, no entiende por qué.
Pablo empezó en el negocio familiar ayudando cuando apenas era un adolescente y la marca solo contaba con el primer establecimiento, casi centenario y muy querido en su ciudad. Les han ido bien las cosas: en 20 años han crecido hasta contar actualmente con seis locales físicos abiertos y uno online, lo que ha llevado a Pablo a pensar que podrían continuar expandiendo su concepto, al menos por su ciudad y provincia. Porque el caso es que crecer, crecen, pero no llegan a despegar como esperaba que lo harían, y eso que – por no oír más a su gestora, con la que habla porque no tiene más remedio y porque lo llama ella de vez en cuando, sobre todo cuando se retrasa con algún papel – ya está recortando gastos de donde puede, de donde piensa él que puede ahorrarse algo.
Estrella regenta un restaurante en una de las ciudades más turísticas del país y prácticamente siempre está lleno, sobre todo de abril a octubre. Abrió su negocio hace 10 años y tuvo claro desde el principio que quería hacer las cosas bien, por eso contrató un programa de gestión con el que llevar el control de todo. Y al principio más o menos lo llevaba, pero el caso es que tiene mucho trabajo y poco tiempo y luego nunca se acordaba de mirar los informes o no tenía muy claro qué le estaban contando. El caso es que su negocio siempre está lleno y los proveedores tocan a su puerta cada mañana con género nuevo que desaparece en un abrir y cerrar de ojos, pero a la hora de la verdad la rentabilidad nunca es tan alta como a ella le parece que tendría que ser.
María, Pablo y Estrella son hosteleros con cara y ojos. Hosteleros reales. Que levantan su persiana cada día, buscan ofrecer calidad en lo que hacen, tratan de presentar al cliente una propuesta innovadora con su carta o con su modelo de negocio, trabajan por dar un buen servicio, por escuchar al cliente, hosteleros que incluso en algunos casos han empezado a digitalizar – muy tímidamente – alguna parte de sus negocios. Y que no es que obtengan malos resultados (o no de forma continuada), pero saben que sus negocios tienen más potencial y que ese potencial se les está yendo por el fregadero y no entienden cómo puede ser.
María se da cuenta cuando mira los números a final de año (el año que se acuerda de que, como propietaria, tendría que mirarlos, claro). Manuel se percata dos o tres veces al año, sobre todo cuando no cuadra algo y tiene que repasar números con la gestora. Estrella se da cuenta cada trimestre, cuando vienen todos los pagos y ve que la rentabilidad ya no es tanta como pensaba.
Lo que María, Pablo y Estrella tienen en común es una cosa: les falta el Superpoder ‘Tiempo Real’ que tendrían si gestionaran su materia prima con Gstock.
Tiempo Real: el Superpoder de Gstock que necesita tu negocio
El Superpoder ‘Tiempo Real’ te permite conocer información clave de tu negocio con la inmediatez que necesitas para tomar decisiones con un objetivo: mejorar la rentabilidad.
¿Cómo funciona el Superpoder ‘Tiempo Real’ con Gstock?
- Nuestro dashboard te presenta información en tiempo real sobre ventas, compras, traspasos y mermas con periodos de tiempo de 1 día, 7 días, 30 días y el mes actual, para que escojas la periodicidad que mejor se adapte a tu negocio y a tus necesidades de toma de decisiones.
- Podrás comprobar el Coste Real y Teórico en tiempo real, con una inmediatez que no has tenido hasta ahora y que te ayudará a mejorar tus resultados a base de gestión.
- Nuestros informes sobre ventas y rentabilidad de los platos te permiten estar al día del rendimiento de tu carta e identificar en tiempo real los platos más populares, los más y menos rentables, para tomar decisiones que se transformen en beneficios.
- Detectar errores en la gestión de materia prima, en tus compras y en la recepción de producto, y hacer seguimiento de la vinculación entre PLUs y recetas con la periodicidad que tú decidas te permite ser mucho más ágil a la hora de tomar decisiones que te cuestan dinero.
- Mejora tu relación con los proveedores monitorizando en tiempo real las variaciones de precios y compara a través de un histórico detallado.
Esos datos se compilan y reflejan en informes intuitivos y fáciles de comprender. Puedes seleccionar la periodicidad de cada informe y adaptarla a las necesidades de tu negocio.
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